Reducción del 60% en el riesgo de Alzheimer con 4 hábitos saludables

Nuevo estudio publicado en Neurology reforzando lo que ya sabemos: un estilo de vida saludable previene Alzheimer, así como otras enfermedades crónicas. En este estudio se incluyen ~3000 personas de 2 cohortes de EEUU y se evalúan estos 5 criterios:

  1. 150 min/semana de ejercicio moderado a vigoroso
  2. no fumar
  3. no tener un consumo alcohol excesivo
  4. seguir una dieta de alta calidad (basada, pero no exclusivamente, en plantas)
  5. realizar actividades cognitivas

Las personas que cumplían 4 de estos 5 criterios tenían un 60% menos riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer.

La dieta utilizada fue la dieta MIND, que combina dieta mediterránea con la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), y tiene un fuerte énfasis en alimentos basados en plantas y no procesados (Whole Food Plant Based)

Referencias:

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Nuevas guías de la Sociedad Americana de Cáncer (junio 2020)

La American Cancer Society en sus nuevas guías del 9 de junio de 2020 sobre prevención de cáncer recomienda:

1. Lograr y mantener un peso corporal saludable durante toda la vida.

Mantenga el peso corporal dentro del rango saludable y evite el aumento de peso en la vida adulta.

2. Estar físicamente activo.

Los adultos deben realizar 150‐300 minutos de actividad física de intensidad moderada por semana, o 75‐150 minutos de actividad física de intensidad vigorosa, o una combinación equivalente; Lograr o superar el límite superior de 300 min es óptimo.

Los niños y adolescentes deben realizar al menos 1 hora de actividad de intensidad moderada o vigorosa cada día.

Limite el comportamiento sedentario, como sentarse, acostarse y mirar televisión, y otras formas de entretenimiento en pantalla.

3. Siga un patrón de alimentación saludable a todas las edades.

Un patrón de alimentación saludable incluye:

  • Alimentos ricos en nutrientes en cantidades que ayudan a lograr y mantener un peso corporal saludable;
  • Una variedad de verduras: verde oscuro, rojo y naranja, legumbres ricas en fibra y otras;
  • Frutas, especialmente frutas enteras con una variedad de colores; y
  • Granos enteros.

Un patrón de alimentación saludable limita o no incluye:

  • Carnes rojas y procesadas;
  • Bebidas azucaradas; o
  • Alimentos altamente procesados ​​y productos de granos refinados.

4. Es mejor no beber alcohol.

Enlaces:

Referencia:

  • Kushi LH, Doyle C, McCullough M, et al. American Cancer Society Guidelines on nutrition and physical activity for cancer prevention: reducing the risk of cancer with healthy food choices and physical activity. CA Cancer J Clin. 2012;62(1):30‐67. doi:10.3322/caac.20140

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Carotenoides reduce el riesgo de deterioro cognitivo

Se siguen publicando más estudios de los beneficios de fitonutrientes presentes en frutas y verduras (cuando son comidos como tales y NO en suplementos). En este caso los carotenoides.

En este estudio recién publicado, usan datos de la cohorte Nurses Health Study en que siguen a casi 50 mil mujeres de 48 años desde el año 1984. Se encontró que las que tenían un mayor consumo de alimentos ricos en carotenoides tenían un 33% menor probabilidad de tener deterioro de la función cognitiva posteriormente, y un 14% menor probabilidad de deterioro moderado. Se vio la misma tendencia analizando los distintos  carotenoides, incluso controlando estadísticamente entre ellos. Se piensa que estos resultados podrían deberse a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidante y de modificar la expresión génica, pero sus efectos biológicos son múltiples y sería un error y reduccionismo pensar que actúan por un solo mecanismo, o que un tipo de carotenoide aislado (como suplemento) va a ser beneficioso, siendo que ya tenemos evidencia que los suplementos de beta-caroteno aumentan el riesgo de cáncer pulmonar en fumadores.

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Dieta baja en carbohidratos aumenta mortalidad por cáncer, enfermedad cardio y cerebro vascular y mortalidad por toda causa

Este estudio publicado en septiembre 2019 en el European Heart Journal, muestra resultados de la cohorte NHANES, siguiendo a 24.825 personas del año 1999 al 2010. Y encuentra que el cuartil que menos consumió carbohidratos tiene un 32% riesgo de mayor mortalidad por toda causa, 50% mayor mortalidad cardiovascular, 51% mayor mortalidad cerebrovascular y 36% mayor mortalidad por cáncer.

El aumento de mortalidad por toda causa entre los no obesos llega al 48%!

Referencia:

  • PubMed
  • European Heart Journal
  • Mazidi M, Katsiki N, Mikhailidis DP, Sattar N, Banach M. Lower carbohydrate diets and all-cause and cause-specific mortality: a population-based cohort study and pooling of prospective studies. Eur Heart J. 2019;40(34):2870–2879. doi:10.1093/eurheartj/ehz174
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Revisión y meta-análisis fibra y cáncer de mama – abril 2020

Una nueva revisión y metanálisis de estudios observacionales prospectivos demostró que el alto consumo total de fibra se asoció con un menor riesgo de cáncer de mama.

Conclusiones

Un metanálisis de efectos aleatorios de estudios observacionales prospectivos demostró que el alto consumo total de fibra se asoció con un riesgo reducido de cáncer de mama. Este hallazgo fue consistente tanto para la fibra soluble como para las mujeres con cáncer de seno premenopáusico y posmenopáusico.

Farvid MS, Spence ND, Holmes MD, Barnett JB. Fiber consumption and breast cancer incidence: A systematic review and meta-analysis of prospective studies. Cancer. 2020;10.1002/cncr.32816. doi:10.1002/cncr.32816

Ver en:

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Longevidad y la dieta de Okinawa y de las Zonas Azules

Indicadores salud y prevalencia patologías entre la población de Okinama y EEUU

Revisión sobre los estilos nutricionales de las poblaciones del mundo que se han descrito como más longevas, pero lo más importante con mejor salud y calidad de vida durante el mayor tiempo de vida “healthspan” (para marcar la diferencia con el “lifespan”).

Okinawa es uno de los lugares llamados “zonas azules” (blue zones) caracterizados por ser las poblaciones más longevas, saludables y con mayor número de centenarios, manteniéndose activos hasta muy avanzadas edades. En el gráfico se ve la impactante diferencia en prevalencia de enfermedad cardiovascular (1ª causa de mortalidad en el mundo) y los cánceres más frecuentes entre las personas en Okinawa cuando seguían su alimentación tradicional comparada con EE.UU. y con el resto de Japón (es decir la diferencia no es genética sino por la alimentación y estilos de vida).

Al analizar la dieta tradicional de Okinawa (antes de la 2ª Guerra Mundial y occidentalización de su dieta), destaca:

  • cerca del 90% de calorías que comían eran verduras, cereales/granos integrales y legumbres (camote, arroz integral, cebada, papas, porotos y legumbres, otras verduras)
  • 69% de las calorías ingeridas era en camote
  • < 1% en carnes, lácteos y huevos
  • Sólo 1% de calorías en pescado (15 gramos al día, osea será ±1 vez/mes), a pesar de lo que se piensa que en todo Japón se comía muchísimo pescado y eso era lo que contribuía a su salud
  • < 1% en azúcares
  • Sólo 2 de calorías en aceite (es decir prácticamente nada considerando la alta densidad calórica del aceite)
  • < 1% de alcohol
  • Sólo 3 gramos de grasas saturadas al día.
  • Alto consumo de fibra dietética (en cereales integrales, legumbres y verduras)

Si vemos en términos de macronutrientes:

  • 85% en carbohidratos (casi todos complejos). Muy significativo considerando la moda de dietas bajas en carbohidratos, cetogénicas / keto, paleo, etc (en que demonizan todos los carbohidratos, incluso los complejos que es en lo que se basa la alimentación de las poblaciones “zonas azules”)
  • 9% en proteínas, la gran obsesión de legos en nutrición gracias al marketing, lobby y estudios financiados por industria ovo-ganadera
  • 5% de grasas.

Otra conclusión del estudio es sobre los beneficios de una moderada restricción calórica en enfermedades y sobrevida. En Okinawa comían en promedio ~1800 calorías diarias, y tienen la filosofía de comer hasta estar un 80% llenos.

The Okinawa Diet – Living to 100 (con subtítulos)

Imágenes del paper:

  • Willcox BJ, Willcox DC, Todoriki H, et al. Caloric restriction, the traditional Okinawan diet, and healthy aging: the diet of the world’s longest-lived people and its potential impact on morbidity and life span. Ann N Y Acad Sci. 2007;1114:434‐455. doi:10.1196/annals.1396.037
  • Ver en PubMed
  • Ver en Annals of the New York Academy of Science
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La leche de animal no humano aumenta el riesgo de cáncer de mama

Este estudio incluyó a + de 50,000 mujeres, con una edad promedio de 57 años, seguidas durante 8 años. Se identificaron 1057 casos de cáncer de mama. Los datos mostraron que quienes bebían más leche y obtenían la mayor cantidad de calorías de los lácteos tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer de mama. La asociación no fue lineal y el mayor riesgo se produjo con bajos niveles de consumo (90-100 calorías por día o 150 ml de leche entera). Una taza por día aumentó el riesgo en un 50%, y 2-3 tazas se asociaron con un 80% de mayor probabilidad de cáncer de mama. Reemplazar la leche láctea con leche de soya se asoció con un riesgo 32% menor de cáncer de mama.

El consumo de soya per se no afectó el riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, en el análisis de sustitución, quienes consumieron leche de soya en lugar de lácteos tuvieron un riesgo 32% menor de desarrollar cáncer de mama.

El estudio fue financiado por el Instituto Nacional del Cáncer, los Institutos Nacionales de Salud y el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer y publicado en el International Journal of Epidemiology.

¿Cómo podría la leche de animal aumentar el riesgo de cáncer de mama? Los posibles mecanismos incluyen la presencia de factores de crecimiento como el estrógeno y el IGF-1. La caseína, la proteína principal en la leche, al menos en el laboratorio, acelera el crecimiento del cáncer. La presencia del virus de la leucemia bovina en las vacas lecheras de EE. UU. podría estar implicada ya que este virus se ha encontrado en el tejido mamario.

La leche de soya contiene isoflavonas que bloquean el estrógeno endógeno y reducen la proliferación celular y ayudan a reparar el ADN.

Referencia:

  • Gary E Fraser, Karen Jaceldo-Siegl, Michael Orlich, Andrew Mashchak, Rawiwan Sirirat, Synnove Knutsen, Dairy, soy, and risk of breast cancer: those confounded milks, International Journal of Epidemiology, , dyaa007, doi.org/10.1093/ije/dyaa007

Enlaces:

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Lácteos, soya y riesgo de cáncer de mama

La leche de animal aumenta el cáncer de mama

Este estudio incluyó a + de 50,000 mujeres, con una edad promedio de 57 años, seguidas durante 8 años. Se identificaron 1057 casos de cáncer de mama. Los datos mostraron que quienes bebían más leche y obtenían la mayor cantidad de calorías de los lácteos tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer de mama. La asociación no fue lineal y el mayor riesgo se produjo con bajos niveles de consumo (90-100 calorías por día o 150 ml de leche entera). Una taza por día aumentó el riesgo en un 50%, y 2-3 tazas se asociaron con un 80% de mayor probabilidad de cáncer de mama. Reemplazar la leche láctea con leche de soya se asoció con un riesgo 32% menor de cáncer de mama.

El consumo de soya per se no afectó el riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, en el análisis de sustitución, quienes consumieron leche de soya en lugar de lácteos tuvieron un riesgo 32% menor de desarrollar cáncer de mama.

El estudio fue financiado por el Instituto Nacional del Cáncer, los Institutos Nacionales de Salud y el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer y publicado en el International Journal of Epidemiology.

¿Cómo podría la leche de animal aumentar el riesgo de cáncer de mama? Los posibles mecanismos incluyen la presencia de factores de crecimiento como el estrógeno y el IGF-1. La caseína, la proteína principal en la leche, al menos en el laboratorio, acelera el crecimiento del cáncer. La presencia del virus de la leucemia bovina en las vacas lecheras de EE. UU. podría estar implicada ya que este virus se ha encontrado en el tejido mamario.

La leche de soya contiene isoflavonas que bloquean el estrógeno endógeno y reducen la proliferación celular y ayudan a reparar el ADN.

Gary E Fraser, Karen Jaceldo-Siegl, Michael Orlich, Andrew Mashchak, Rawiwan Sirirat, Synnove Knutsen, Dairy, soy, and risk of breast cancer: those confounded milks, International Journal of Epidemiology, , dyaa007, doi.org/10.1093/ije/dyaa007

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Tipo de proteína y mortalidad por causas – estudio de Rotterdam (metanalálisis y cohorte)

¿Cuál es la mejor proteína?

Este gran estudio responde la pregunta muy claramente. Los datos se obtienen de una cohorte poblacional en los Países Bajos (7768 participantes seguidos durante 13 años) y se confirman en un metanálisis de 11 estudios de cohorte prospectivos (350.452 participantes).

La proteína de la carne y los lácteos se asoció con un riesgo significativamente mayor de mortalidad por todas las causas y mortalidad por enfermedad cardiovascular (ECV).

Por otro lado, la proteína derivada de plantas de frutas, verduras, nueces y legumbres se asoció con una menor mortalidad por todas las causas y por enfermedad cardiovascular.

¿Cuáles son los mecanismos potenciales para este efecto negativo de la proteína animal?

  1. los aminoácidos que incluyen mayores cantidades de cadena ramificada y aminoácidos aromáticos que están asociados con la resistencia a la insulina y un mayor peso corporal
  2. grasas saturadas y sal que acompaña a la proteína animal, que están vinculadas a un mayor riesgo de ECV.

Este estudio reúne una gran cantidad de evidencia que respalda el consumo de proteína vegetal con preferencia a la proteína derivada de animales. Los efectos negativos sobre la salud fueron evidentes para la proteína de carne y lácteos, pero no para la proteína de pescado o huevo. Con respecto a los huevos en el estudio de Rotterdam, no hubo una gran diferencia en el consumo entre los grupos que pueden haber afectado los resultados. La proteína vegetal viene empaquetada con fibra, fitonutrientes y grasas saludables que promueven la salud.

Referencia:

  • Chen Z, Glisic M, Song M, et al. Dietary protein intake and all-cause and cause-specific mortality: results from the Rotterdam Study and a meta-analysis of prospective cohort studies. Eur J Epidemiol. 2020;35(5):411-429. doi:10.1007/s10654-020-00607-6
  • Ver en PubMed
  • Ver en European Journal of Epidemiology (2020)
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Nuevas guías alimentarias para enfermedades inflamatorias intestinales

Esta es una guía clínica que se echaba de menos por no haber una recomendación clara en personas con Enfermedades inflamatorias intestinales EII (Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa). El nivel de evidencia para apoyar recomendaciones específicas en la EII es generalmente bajo, pero de todos modos existe información suficiente ya para poder hacer recomendaciones, y además siguiendo la misma pauta se reducirán las enfermedades cardíacas, el riesgo de cáncer y la mortalidad por toda causa.

La extensa guía (50 páginas) se puede resumir en los siguientes 6 puntos:

  1. Come más frutas y verduras.
  2. Reduce el consumo de grasas saturadas y grasas trans, es decir, alimentos de origen animal, aceite de coco y palma.
  3. Reduce el consumo de lácteos.
  4. Evita los alimentos procesados, las bebidas azucaradas y los edulcorantes artificiales.
  5. Reduce / evita el consumo de carne roja y procesada
  6. Come grasas saludables de pescado y alimentos vegetales.
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Lácteos y salud (New England Journal of Medicine, 2020)

Existen muchos mitos sobre el consumo de leche no humana propagados por la industria láctea. En este artículo publicado hoy en el New England Journal of Medicine se resumen los datos científicos sobre el consumo de lácteos. Su autor Walter Willett, MD, PhD es el Fredrick John Stare Professor of Epidemiology and Nutrition, y Chair of the Department of Nutrition, en el Harvard School of Public Health. Estas son algunas de las conclusiones:

  • Se puede tener un crecimiento y desarrollo normales durante toda la infancia sin productos lácteos.
  • La evidencia general no respalda un beneficio del mayor consumo de lácteos para la prevención de fracturas. El consumo de leche en la adolescencia no previene las fracturas en la edad adulta e incluso puede contribuir a una mayor incidencia de fracturas en los países con mayor consumo de leche.
  • Los estudios no respaldan la teoría de que el consumo de leche en niños o adultos ayuda a mantener un peso saludable.
  • El consumo de leche no está asociado con una mejor salud cardiovascular. El efecto depende de con qué alimentos lácteos se compara. El consumo de lácteos es mejor para la salud cardíaca que la carne roja, pero menos beneficiosa que el consumo de pescado y nueces.
  • El consumo de lácteos no reduce el riesgo de diabetes tipo 2.
  • El consumo de leche se asocia con un mayor riesgo de cáncer de próstata, especialmente formas agresivas y más fatales. También aumentó el riesgo de cáncer de endometrio en mujeres. PERO menor riesgo de cáncer colorrectal debido al contenido de calcio.
  • La intolerancia a la lactosa es común en todo el mundo. El consumo de leche de vaca puede predisponer a alergias, asma y eczema y puede precipitar exacerbaciones de asma en adultos.
  • No hay evidencia que sugiera que el consumo de lácteos orgánicos reduzca los problemas de salud relacionados con el consumo de leche no orgánica.
  • La producción industrial de lácteos es uno de los principales contribuyentes a la producción de gases de efecto invernadero, el cambio climático, el uso del agua y la contaminación y la resistencia a los antibióticos.
  • En los países occidentales de altos ingresos, todos los nutrientes que se encuentran en la leche pueden obtenerse de fuentes vegetales y, por lo tanto, no es necesario que los humanos consuman lácteos para la salud y existe el riesgo de daños. En países de bajos ingresos, si la dieta es de baja calidad, los lácteos pueden ser una fuente de nutrientes.
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Cambio climático y dieta – Universidad Yale

Nuevo informe de la relación de la alimentación y el cambio climático de la Universidad de Yale publicado el 13 de febrero de 2020.

La producción de alimentos se encuentra entre las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global. La producción de alimentos genera hasta el 30% de las emisiones globales totales y también contribuye significativamente a la pérdida de biodiversidad, la deforestación, el uso de agua dulce y el cambio en el uso de la tierra. la producción de ganado genera los niveles más altos de emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que la producción de frutas y verduras genera los niveles más bajos. Globalmente, los cambios en producción y consumo de alimentos: reducción del desperdicio y el cambio a una dieta más basada en plantas son críticos para reducir el calentamiento global y otros impactos ambientales.

Aunque la mayoría de los EEUU no se consideran vegetarianos o veganos, la mayoría están dispuestos a comer más alimentos a base de plantas, y más de la mitad están dispuestos a comer menos carne roja.

El costo, el sabor y la conveniencia pueden ser motivadores o barreras para comprar o comer alimentos de origen vegetal.

La salud es la principal motivación para comprar o comer alimentos de origen vegetal, y la mayoría de los EEUU dice que los impactos ambientales son personalmente importantes.

Los EEUU de bajos ingresos son más propensos que los de ingresos medios y altos a decir que no tienen acceso a supermercados o productos frescos cercanos.

Aunque la mayoría de los EEUU piensan que la producción de carne contribuye al menos «un poco» al calentamiento global, muchos no hacen la conexión entre los alimentos y el calentamiento global.

Aunque la mayoría de los EEUU piensa que reducir el desperdicio de alimentos y/o el compostaje reduciría el calentamiento global al menos «un poco», muchos se involucran en el comportamiento del desperdicio de alimentos y la mayoría no composta sus desperdicios.

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Asociación de carnes y carnes procesadas con mortalidad (JAMA, 2020)

Pregunta:

¿El consumo de carne procesada, carne roja no procesada, aves o pescado está asociado con incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad por toda causa?

Hallazgos:

En este estudio de cohorte de 29682 adultos estadounidenses agrupados de 6 estudios de cohorte prospectivos, el consumo de carne procesada, carne roja no procesada o aves de corral se asoció significativamente con la incidencia de enfermedad cardiovascular, pero el consumo de pescado no.  La ingesta de carne procesada o carne roja no procesada se asoció significativamente con la mortalidad por toda causa, pero no la ingesta de aves de corral o pescado.

Significado:

Los hallazgos de este estudio parecen tener implicaciones críticas para la salud pública dado que los comportamientos dietéticos son modificables y la mayoría de las personas consumen estos 4 tipos de alimentos diariamente o semanalmente.

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Eficiencia ganadería vs alimentación basada en plantas

En este estudio nuevamente evalúan la eficiencia alimentaria de la ganadería, concluyento que

Con un tercio de toda la producción de alimentos perdida a través de cadenas de suministro con fugas o deterioro, la pérdida de alimentos es un contribuyente clave a la inseguridad alimentaria mundial. La demanda de alimentos de origen animal intensivos en recursos limita aún más la disponibilidad de alimentos. En este documento, mostramos que los reemplazos a base de plantas para cada una de las principales categorías de animales en los Estados Unidos (carne de res, cerdo, lácteos, aves de corral y huevos) pueden producir dos veces hasta 20 veces más alimentos nutricionalmente similares por unidad de cultivo. Reemplazar todos los artículos de origen animal con dietas de reemplazo de origen vegetal puede agregar suficientes alimentos para alimentar a 350 millones de personas adicionales, más de los beneficios esperados de eliminar toda pérdida de alimentos en la cadena de suministro.

  • Referencia:
    Shepon A, Eshel G, Noor E, Milo R. The opportunity cost of animal based diets exceeds all food losses. Proc Natl Acad Sci U S A. 2018;115(15):3804‐3809. doi:10.1073/pnas.1713820115
  • Ver artículo completo en PubMed
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Eficiencia energética y proteica de la ganadería

Interesante paper que analiza la eficiencia energética de los alimentos de origen animal vs origen vegetal

Abstract

Alimentar a una población en crecimiento y minimizar la degradación ambiental es un desafío global que requiere repensar a fondo la producción y el consumo de alimentos. Las elecciones dietéticas controlan la disponibilidad de alimentos y la demanda de recursos naturales. En particular, reducir o evitar el consumo de productos basados ​​en animales de baja eficiencia de producción puede ahorrar recursos que luego pueden producir más alimentos. Al cuantificar las ganancias potenciales de alimentos de cambios dietéticos específicos, la mayoría de las investigaciones anteriores se centraron en las calorías, con menos atención a otros nutrientes importantes, en particular las proteínas. Además, a pesar de las conocidas cargas ambientales del ganado, solo existen un puñado de estimaciones de eficiencia de conversión de alimentos a alimentos a nivel nacional de lácteos, carne de res, aves, cerdo y huevos. Sin embargo, estas estimaciones de alto nivel son esenciales para reducir los impactos ambientales relacionados con la dieta e identificar caminos óptimos de ganancia de alimentos. Aquí cuantificamos las eficiencias de conversión de calorías y proteínas para las categorías de ganado de EE. UU. Luego usamos estas eficiencias para calcular las ganancias de disponibilidad de alimentos esperadas al reemplazar la carne de res en la dieta de los Estados Unidos con aves de corral, una carne más eficiente y una alternativa a base de plantas. En promedio en todas las categorías, la eficiencia calórica y proteica es del 7% al 8%. Con un 3% en ambas métricas, la carne de vaca es, con mucho, la menos eficiente.

Es decir que si los mismos recursos en calorías y proteína vegetal que se usa para alimentar vacas para que después se la coman seres humanos, habría un 3200% más proteínas y calorías para alimentar a las personas si se usaran alimentamos solamente de origen vegetal (en los mismos terrenos que se usan para ganadería de vacas). Y además se reduciría la deforestación, la huella de carbono, la contaminación de aguas, ríos y mares, la generación de basura y desechos, habría menos resistencia antibiótica (80% de los antibióticos usados en EEUU son para engordar el ganado, y se usan de rutina para engordar a los animales y no para tratar infecciones [Drug Use Review (PDF) (Report). FDA. 2012.]), también habría mucho mayor dificultad para la aparición de nuevas pandemias, etc y tendríamos un sistema de alimentación más compasivo y ecológico. Y siendo egoístas, las personas serían mucho más saludables, vivirían más (y mejor) y ahorrarían en gastos médicos sumas increíbles [Ver en EAT-Lancet Report en EatForum.org o Willett W, Rockström J, Loken B et al. Food in the Anthropocene: the EAT–Lancet Commission on healthy diets from sustainable food systems. Lancet. 2019].

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Mitos y verdades de ser vegano #Veganuary2020 en Cadena Nacional

Ese interesante ver cómo se empieza a informar sobre alimentación basada en plantas en medios del mainstream. Acá una buena conversación en el programa de TV Chilena “Programa Nacional”. Con el Dr. Rodolfo Neira, médico internista e intensivista whole food plant based, Ignacia Uribe de “Vegetarianos Hoy” (y en Instagram), Connie Achurra y Matías Vega:

Mitos y verdades de ser vegano #Veganuary2020

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