mTOR explicaría relación de mortalidad con consumo lácteos

Michaëlsson K et al. Milk intake and risk of mortality and fractures in women and men: cohort studies. BMJ. 2014;349:g6015. doi:10.1136/bmj.g6015

mTOR puede explicar la relación del consumo de LÁCTEOS y el aumento de MORTALIDAD por toda causa, cáncer, cardiovascular y fractura de caderas:

En:

  • Asociación consumo leche con mayor mortalidad en 2 mega cohortes suecas
  • La leche es activador del sistema de crecimiento posnatal
  • Existe evidencia de cómo la disminución del crecimiento favorece la longevidad
  • mTORC1 es una kinasa sensible a nutrientes clave en el envejecimiento y enfermedades relacionadas
  • La leche bovina entrega partículas exosómicas similares a virus, que transfieren microARN bovino al que la consume
  • ~245 microRNAs de leche de vaca afectan la expresión de + de 11000 genes humanos
  • El prevalente microRNA-217 inhibe la expresión de importantes proteínas supresoras de tumores como la PTEN aumentando las señales de mTORC1 y crecimiento celular
  • MicroRNA-21 actúa como oncogen, estando sobreexpresado en células cancerígenas
  • Tomar leche potencia las señales de mTORC1 y microRNA-21: en sinergia aceleran la proliferación celular, el anabolismo y la adipogénesis. mTORC1 aumentada es considerada el motor de la obesidad, diabetes, cáncer y envejecimiento acelerado
  • Consumo de leche se asocia a menarquias más precoces, un factor de riesgo para diabetes 2
  • Poblaciones con alta (>30%) prevalencia de malabsorción de lactosa con bajo consumo de leche, tienen un menor riesgo de enfermedad isquémica cardiovascular que en la situación inversa.
  • Estudios epidemiológicos apoyan asociación consumo lácteos y enf. cardiovascular
  • En otra cohorte sueca con intolerancia a lactosa y bajo consumo lácteos tenían un riesgo bajo de cánceres de pulmón, mama y ovario
  • Consumo de leche se asocia a mortalidad por cáncer de próstata entre médicos de EEUU
  • Activación mTORC1 tiene rol pivotal en iniciación y progresión de cáncer prostático
  • Agregar leche a cultivo de células cancerígenas de próstata, aumenta su crecimiento en 30%
  • Tumores duplican su volumen y número en ratas con tumores de mamas en que se les da leche bovina
  • En Alzheimer y Parkinson se encuentra fosforilación de proteínas Tau mediada por mTORC1
  • En la cohorte griega EPIC hay asociación significativa de consumo de leche y Parkinson
  • Un metaanálisis extensivo confirma relación dosis dependiente con un 17% aumento de riesgo de Parkinson por cada 200 gr/día de leche adicional consumida
  • Inhibición farmacológica de mTORC1 prolonga la expectativa de vida y mejora las funciones cognitivas en modelos animales de Alzheimer
  • Desde los años 1950 el consumo de leche con microARNs bioactivos ha aumentado con la pasteurización y refrigeración. Desde ese momento las enfermedades de afluencia han aumentado en forma dramática. Por lo tanto ni el consumo de galactosa ni lactosa, pero sí la sobreestimulación a través de mTORC1 y el consumo de microARN bovino bioactivo de la leche permitiría explicar el aceleramiento en el envejecimiento y aumento de la mortalidad
  • Comparado con la leche humana, la leche de vaca aumenta en una magnitud mucho mayor la activación de mTORC1 ya que los terneros duplican su peso 4 veces más rápidos que los RN humanos

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Calorie Density: How To Eat More, Weigh Less and Live Longer (video en inglés)

Calorie Density Graph

Presentación (en inglés) de Jeff Novick, MS, RD, explicando por qué es prácticamente imposible engordar, y en cambio muy fácil bajar a nuestro peso ideal con una “whole food plant-based diet” (sin necesidad de restringirnos en cantidades de alimentos, pasar hambre, ni menos tener que contar calorías, etc). Y además los beneficios adicionales que esta dieta tiene sobre nuestra salud, y longevidad.

Video en Youtube: Calorie Density: How To Eat More, Weigh Less and Live Longer:

Calorie Density Graph
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El mito de las dietas altas en proteínas

Excelente columna del Dr. Dean Ornish en el New York Times sobre el mito de las dietas altas en proteínas.

En la era de la postverdad se dice que la alta prevalencia de obesidad es por dietas ricas en carbohidratos y pobre en carne, grasa y huevos. A pesar que por décadas se promocionó evitar la carnes y grasas [y masificación de alimentos “diet” bajos en grasas], la población siguió subiendo de peso. Sin embargo a pesar de las campañas, en EEUU de 1950 al año 2000, la población aumentó su consumo en un 67% de grasa, en un 41% de carne y en un 39% de azúcares refinadas, y en promedio un 24,5% más calorías que en el año 1970.

El debate no es tan simple como dietas bajas en grasas vs bajas en carbohidratos. Los estudios muestran que la proteína animal significativamente aumenta el riesgo de muerte prematura por toda causa (cardiovascular, cáncer y diabetes tipo 2). Dietas altas en grasas saturadas y trans duplican el riesgo de Alzheimer.

Un estudio encontró, entre los menores de 65 que consumían dietas con un 20% o más de sus calorías de proteína animal, un aumento de un 75% en la mortalidad y un 400% en las muertes por cáncer y Diabetes 2. Los mecanismos de esto no son exclusivamente por el colesterol, también los bloqueos arteriales son causados por aumento de los ácidos grasos libres, mayores niveles de insulina y menor producción de células progenitoras endoteliales. También la carne y los huevos [y lácteos] aumentan los niveles de TMAO, IGF-1 y de inflamación crónica. La carne roja aumenta el Neu5Gc (ligado a inflamación crónica y aumento de riesgo de cáncer). Además una dieta basada en plantas puede prolongar la vida bloqueando los efectos de mTOR (ligada a envejecimiento). Ante restricción de grasas las personas perdieron un 67% más peso que con la restricción de carbohidratos [la grasa tiene 9 cal/gr y los carbohidratos 4 cal/gr]. Una dieta óptima para prevenir enfermedad es una de alimentos no procesados y basada en plantas (whole-foods plant based) que es naturalmente baja en proteína animal, grasas y carbohidratos refinados, es decir una dieta rica en verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, semillas y frutos secos.

El Dr. Ornish y cols en el Preventive Medicine Research Institute (organismo sin fines de lucro) de la Universidad de California, han demostrado muchos beneficios de la dieta basada en plantas incluso revirtiendo enfermedades crónicas además de prevenirlas. Ellos combinan la alimentación basada en plantas con manejo de estrés, ejercicio moderado y apoyo social.
Han realizado estudios randomizados controlados mostrando reversión de enfermedad coronaria grave. Los episodios de dolor al pecho bajan en un 91% desde las primeras semanas. Después de 5 años hubo 2,5 veces menos eventos cardíacos, y el flujo sanguíneo al corazón mejoró en un 300%.
Otros médicos como el Dr Kim Williams, ex presidente del American College of Cardiology, también ha encontrado que estos cambios en estilo de vida reducen la necesidad tomar medicamentos de por vida.
Han podido también demostrar que se puede: revertir la progresión de cáncer de próstata en estados tempranos, alterar la expresión génica activando genes que promueven la salud y desactivar oncogenes. Incluso se alargarían los telómeros (los extremos de los cromosomas que controlan el proceso de envejecimiento).
Y finalmente lo que es bueno para nuestra salud es bueno para nuestro planeta: La ganadería causa más disrupción del clima que todas las formas de transporte combinadas, y como requiere 10 veces más granos/cereales para producir la misma cantidad de calorías en carne que consumir directamente los granos/cereales, el comer una dieta basada en plantas puede liberar enorme cantidad de recursos para las regiones más necesitadas.
Lo que ganas es mucho mayor a lo que sacrificas.
Referencias en el artículo en nytimes.com.
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Carne y riesgo de 25 enfermedades y condiciones médicas

Interesante nuevo estudio mostrando el impacto negativo de la carne sobre 25 enfermedades y condiciones patológicas. Con claro efecto negativo en enfermedad cardiovascular, diabetes, neumonía, pólipos y enfermedad diverticular, reflujo gastroesofágico, gastritis, duodenitis, enfermedad biliar (vesícula).

Se siguieron a 475 mil hombres y mujeres de UK por cerca de 8 años, encontrando que:

  • El consumo de carne roja y procesada de 70gr/día aumentaba en un 10 a 30% el riesgo de cardiopatía isquémica, neumonía, pólipos de colon, enfermedad diverticular y diabetes tipo 2.
  • Una mayor ingesta de aves de 30 gr/día aumentó el riesgo en 10 a 17% de reflujo gastroesofágico, gastritis, duodenitis, enfermedad diverticular, enfermedad de la vesícula biliar y diabetes de tipo 2.
  • Y estos mayores riesgos ya empezaban a evidenciarse con tan sólo 50 gr/día de carne roja no procesada y 20 gr/día de carne roja procesada al día.

Los mecanismos involucrados, que probablemente en forma sinérgica van aumentando el daño de las carnes, proteínas y grasas animales, podrían ser: mayor obesidad (>IMC), grasas saturadas, colesterol, la generación de productos finales de glicación avanzada, contenido de nitratos y nitritos en la carne procesada, TMAO a partir de carnitina y colina, los niveles más altos de aminoácidos de cadena ramificada, isoleucina específicamente, metionina,  y aminoácidos que contienen azufre, y, por supuesto, la falta de compuestos antioxidantes y antiinflamatorios en la carne. Si se come más carne, al ser alimentos con alta densidad calórica, se está comiendo mucho menos de los alimentos vegetales saludables que se asocian con mejores resultados de salud, y además estos últimos al ser bajos en densidad calórica permite mucho mayor cantidad de fibra y fitonutrientes en alimentaciones basadas en plantas.

Los resultados también mostraron que quienes consumían carne roja no procesada tenían un menor riesgo de anemia por deficiencia de hierro. Pero también podemos incorporar el hierro de lentejas (que incluso tiene ferritina!), tofu, y otras legumbres en general, hojas verdes oscuras, frutos secos, semillas, quinoa, avena y otros granos integrales, y así ahorrarse todos los problemas descritos.

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